23 de noviembre de 2018. Casino de S/C de Tenerife
Buenas noches.
Presidente del Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación.
Junta Directiva. Compañeros y Compañeras.
Hace ya unas semanas cuando el Presidente, Miguel Ángel Fernández Matrán estuvo por mi estudio y me comprometió amistosamente a dirigir estas palabras para la celebración que nos conlleva esta tarde noche, es decir, la Cena Anual de Hermandad 2018 y Entrega de distinciones a los 25 años de ejercicio profesional.
En primer instancia desistí prefiriendo que llevara el pronunciamiento de estas palabras cualquier otro compañero, pero ante su insistencia y propuesta informal por parte de los compañeros del colegio, accedí y definitivamente aquí me encuentro dirigiéndome a todos ustedes y en su representación.
Por mi formación académica, constante en el tiempo, y multidisciplinar (palabra que aprendí desde aquellos años 1993 con el profesor Miguel Ángel Fernández Matrán). Y como decía:
Rem Koolhaas, “La palabra es mucho más precisa que la arquitectura “; es por lo que, decidí llevar este pequeño homenaje hacia la palabra.
O Frank Lloyd Wright. “Todo gran arquitecto es necesariamente un gran poeta. Debe ser un intérprete original de su tiempo, sus días, su edad.”
Año 1993.
El 20 de enero de 1993 en Estados Unidos, Bill Clinton asume como la presidencia del país.
El 22 de enero de 1993 en España, la banda terrorista ETA asesina a José R. Domínguez Burillo, funcionario de prisiones.
El 24 de enero de 1993 en Ankara (Turquía), el periodista y escritor Uğur Mumcu es asesinado mediante un coche bomba.
El 11 de febrero de 1993 en España se crean las dos primeras Universidades privadas de Madrid: la Universidad Alfonso X el Sabio y la Universidad CEU San Pablo.
El 8 de marzo de 1993 en Francia, Tacones lejanos, de Pedro Almodóvar gana el premio César a la mejor película extranjera.
El 25 de abril de 1993 en Washington D.C. tiene lugar una manifestación, de entorno al millón de personas, por la igualdad de derechos de la población gay, lesbiana y bisexual.
El 24 de mayo de 1993 Microsoft desarrolla el sistema operativo Windows NT.
El 6 de junio de 1993 en España se celebran elecciones generales. Felipe González es reelegido presidente por cuarta vez consecutiva.
El 25 de julio de 1993 el ciclista Miguel Induráin gana el Tour de Francia por tercer año consecutivo.
El 30 de agosto de 1993 en Casablanca (Marruecos) el rey Hasán II inaugura la mezquita Hasán II, la mayor después de la de La Meca.
El 6 de noviembre de 1993 en Nueva York (Estados Unidos), Federico Mayor Zaragoza es reelegido para un nuevo mandato como director de la UNESCO.
Comenzaba una era de años convulsos, revulsivos expectantes ante los nuevos devenires que nos esperaban por venir.
Y fue este año, hace 25 ya, cuando la generación que hoy nos congrega comenzamos nuestra andadura profesional como Aparejadores.
“La arquitectura comienza con poner dos ladrillos juntos cuidadosamente”; decía Ludwig Mies van der Rohe.
Qué es un aparejador:
Según La RAE Real Academia Española, tenemos;
Como Definición:
Adjetivo. La definición de aparejador nos alude el que apareja, dispone, avía, apresta, previene, prepara, adorna y que viste con esmero. Sustantivo masculino y femenino se refiere a un técnico calificado que participa con funciones propias en la construcción de viviendas o urbanizaciones.
Y como origen Etimología:
Este término etimológicamente proviene del verbo activo transitivo “aparejar” y del sufijo “dor” que indica el que suele realizar la acción.
Y ahí estábamos todos, detrás quedaban cuatro años de carrera, amistades, compañeros y maestros que ya incluso no se encuentran con nosotros. Si bien, preparando estas palabras aún me acuerdo de dos principalmente que permanecen en mi memoria.
El por entonces el Director de la Escuela de Aparejadores y Arquitectura Técnica; Don Juan Jiménez. Y el profesor Adrián Alemán de Armas. Ambos profesores aun habiendo terminado ya los estudios, se involucraban con sus exalumnos y siempre estaban dispuestos a escucharles en su nueva andadura profesional.
“La vida de los muertos está en la memoria de los vivos”. Marcus Tullius Cicero
Durante todo este tiempo hemos conocido pocas juntas directivas dentro de nuestro colegio profesional. Recuerdo a nuestro antiguo presidente y profesor don Eduardo Pérez de Ascanio. Juan Pedro Darias Hernández con quien tuve la suerte de consolidar una gran amistad cursando la carrera de Arquitectura en Madrid. Hasta la que hoy día nos preside.
Nos ha tocado formarnos como auténticos profesionales, puesto que si bien, como decía un profesor dentro de la misma escuela, “…ésta nos habilita, peno no nos prepara para el ejercicio profesional”. Tuvimos que irnos formando poco a poco, de manera continua, hasta nuestros días, porque trabajamos en una profesión permeable, variante, adaptable al día día, y a la propia evolución tecnológica que nos acontece.
Hace casi ya diez años, en febrero de 2009, y como doctor en comunicación audiovisual, área periodismo, escribí un artículo que como titular llevaba “Eutanasia a un Aparejador”, aún presente en el sitio web www.sictenerife.es, que corrió por las redes sociales, y por las escuelas de aparadores y arquitectura técnica.
Fui muy crítico con la profesión, por lo que fui bastante enjuiciado por opinar sobre la metamorfosis que estaba llevando a cabo la misma Ya habíamos salido de una crisis y estábamos entrando en otro bastante dura.
Hoy me pregunto, si estamos aquí aun ejerciendo, quién no se adaptó al CTE (código técnico de la edificación de obligado cumplimiento desde el año 2006.
Cómo se pretendía seguir ensañando, ejerciendo sin adaptarse a los nuevos tiempos que estaban por venir.
Si no nos adaptamos a las nuevas tecnologías, a los nuevos códigos y ejercemos de espaldas a la era de la comunicación, mejor desconectar la máquina y dejar que el aparejador muera. En definitiva, una eutanasia. Con el tiempo, se consolidó la razón.
Pero todos seguimos aquí, cambiamos, nos adaptamos, mutamos al ritmo que nos iba exigiendo la propia evolución de la arquitectura. Y nadie ha muerto por intentarlo y conseguirlo, es más, ahora estamos mejor formados. Vamos llenado una mochila hasta el final de nuestros días con acopio de conocimiento.
Oponerse a los cambios venideros e ir permutando con ellos no es más que responder a un narcisismo carente de sentido. Sería como pretender dibujar hoy en día con estilógrafos y papel vegetal, o preparar una minuta profesional a mano, establecer una cota de cimentación con una manguera de nivel, expresarnos en un salón judicial con una jerga coloquial.
Hemos ido cambiando, nos hemos ido adaptando, nos hemos ido cubriendo como las cebollas con capas formativas que han hecho de nuestra profesión una pieza clave e indiscutible para el buen funcionamiento de la edificación.
No quiero terminar estas palabras sin motivar al colectivo a fomentar la internacionalización de la profesión, a quitarnos el lastre mal impuesto de la insularidad y de la Universidad que nos formó. En mi periplo profesional por el mundo les puedo garantizar que nos encontramos bien formados, que podemos competir con cualquier compañero formado en otras universidades, que no existen barreras físicas que nos impidan ejercer en un mundo ya globalizado e intercomunicado. Viajar e intercambiar conocimientos con otros lugares enriquece el valor patrimonial de nuestra profesión a la que hoy homenajeamos.
DR . ORLANDO GUTIÉRREZ RODRÍGUEZ